Siempre se ha dicho que “es mejor prevenir que curar”. Esta frase adquiere gran relevancia en el control de los diferentes factores de riesgo cardiovascular como es la diabetes, colesterol y/o hipertensión arterial, con el objetivo de disminuir el riesgo de sufrir en el futuro una complicación cardiovascular (infarto cardiaco o ictus).
Dentro de estos factores adquiere una gran importancia la hipertensión arterial por su elevada frecuencia en la población (1 de cada 3 adultos tiene cifras altas de presión arterial). Por ello es fundamental su detección precoz y la instauración de un tratamiento adecuado que permita alcanzar el objetivo terapéutico en cada paciente. En muchas ocasiones esto resulta complicado debido a varios motivos: que es una patología asintomática, a la poca conciencia de enfermedad del paciente y, en los pacientes ya diagnosticados y tratados, el grado de control frecuentemente no es el óptimo debido al escaso cumplimiento terapéutico.
En nuestra clínica realizamos una valoración integral del riesgo cardiovascular para ofrecer el mejor tratamiento en cada caso y reducir la probabilidad de presentar en el futuro una enfermedad cardiovascular.