Tanto en pacientes con enfermedades cardiacas como en personas “sanas” que tienen que someterse a una intervención quirúrgica de cierta envergadura, es conveniente la valoración cardiológica previa con el fin de conocer el riesgo del procedimiento e instaurar las medidas preventivas oportunas.En los estudios preoperatorios se realiza una historia clínica completa, exploración física y un electrocardiograma. Si se detecta alguna alteración puede ser necesaria la realización de alguna prueba complementaria como un ecocardiograma o un Holter de ritmo cardiaco.