Electrocardiograma

El electrocardiograma es una prueba que registra la actividad eléctrica del corazón que se produce en cada latido cardiaco mediante unos electrodos aplicados en la piel del paciente. Se emplea de manera rutinaria en el diagnóstico inicial de muchas enfermedades cardiacas y permite detectar el ritmo y la regularidad de los latidos, el tamaño y posición de las cámaras cardiacas y cualquier daño al corazón. Las alteraciones en el trazado son imprescindibles para la detección y análisis de las arritmias cardiacas. También resulta muy útil en los episodios agudos de enfermedad coronaria, como el infarto de miocardio. Es una prueba sencilla, disponible, rápida, que no produce ninguna molestia (es indoloro) y no tiene ningún riesgo para el paciente (no se envía ningún tipo de electricidad a través del cuerpo, solo detecta la actividad eléctrica que se genera en el propio corazón). 

¿Cómo se realiza? 
Para recoger la actividad eléctrica del corazón, se colocan unos electrodos en la parte anterior del pecho, así como en las muñecas y tobillos, que irán unidos al electrocardiógrafo mediante unos cables. Previo a ello se debe limpiar el área de la piel donde se van a implantar estos electrodos mediante alcohol e incluso, en algunas ocasiones, es necesario rasurar el vello de la zona. El paciente debe permanecer tumbado, relajado, sin hablar, con un ritmo respiratorio normal y con los brazos y las piernas inmóviles, para evitar cualquier movimiento que pueda interferir con el registro.